Este fin de semana he aprovechado las incesantes lluvias para comprobar el funcionamiento del equipo de agua, el resultado ha sido bastante positivo, aunque las botas ya necesitan un descanso (de todas formas ya han cumplido). La sorpresa ha sido cuando bajaba del Navajo, lloviendo a mares, me he encontrado con un chico que subía corriendo, nos hemos saludado con un " buenos días" y cada uno a lo suyo.
Acompaño unas fotos para ver el campo en todo su esplendor.
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