Os pongo este reportaje porque es idéntico al que nosotros vamos a realizar.
Ellos han tardado en todo el recorrido 7h 30´, nosotros tardaremos un poquito más.
Un saludo
Eugenio
LA MIRA DE GREDOS POR LOS GALAYOS:
Esta excursión estaba en la programación del Grupo de Montaña del club "Señal y Camino" de Dos Hermanas. El objetivo era subir a La Mira de Gredos desde Nogal del Barranco para ver de camino Los Galayos. Voy de coordinador, pero mi trabajo ha consistido, además de proponer esta ruta, en buscar la información, el alojamiento, etc., porque yo, como los demás, no he visitado esta parte de Gredos.
Salimos el sábado, 6 de octubre, a las cinco de la mañana. Hicimos una primera parada en Santa Olalla para tomar un café y otra, pasado Trujillo, en la Venta "Como en Casa" para desayunar.
Antes de llegar a Talavera de la Reina nos salimos de la autovía en dirección a Ávila. En Ramacastañas dejamos a la derecha esta carretera y cogimos la de Arenas de San Pedro. Una vez allí bajamos hasta el castillo y seguimos, a la derecha, en dirección a Guisando (¡ojo!, aquí no están los famosos toros).
Atravesamos Guisando y subimos al área recreativa de Nogal del Barranco. Eran las once menos veinte cuando aparcamos junto al monumento de la cabra montés. La cabra parecía indicarnos con su mirada el camino a seguir, que no es otro que el de la sierra en dirección norte.
Nos calzamos las botas, cogimos las mochilas y a las once en punto empezamos a subir por el empedrado camino, llamado "el carril", que va subiendo el barranco que ha labrado el río Pelayo.
El día estaba bueno y caluroso, pero se empezaban a formar nubes en las cumbres de la sierra. Había por allí cantidad de enebros que tienen un porte arbóreo.
Pronto tenemos bellas vistas, incluso vemos el refugio Victory, arriba, muy pequeñito.
El camino sube y sube sin tregua dejando al su lado algunas fuentes de nombres tan poéticos como la del Amanecer.
El río Pelayo lleva agua y forma algunas cascadas cuando el terreno se vuelve más abrupto.
Vamos siguiendo una descripción que hemos sacado de Internet: (http://www.galeon.com/gredosguadarrama/ruta1.htm) Aconseja que, al llegar a la Apretura, no se cruce el lecho del río para coger el senderillo que sube a la izquierda en un increíble y empinadísimo zig-zag, sino seguir por la derecha siguiendo unos hitos, por la base misma de Los Galayos.
Pero nosotros vemos que todo el mundo se mete por la izquierda, además, nos apetece pasar por ese sendero colgado de manera tan espectacular, así que también hacemos lo mismo.
Este camino es una estupenda obra de ingeniería, ya que está hecho a mano piedra a piedra, si no habría que escalar esta casi vertical pared para poder subir por allí.
De lejos parecía que iba a ser peor el sendero, pero una vez dentro se hace bastante bien y sin vértigo. Tenemos a la vista todo el camino recorrido hasta ahora desde Nogal del Barranco.
Cuando llega arriba se acaba abruptamente este caminillo y se toma una difusa senda marcada por hitos. Hay que estar atentos para no perderla y meterse en algún paso más comprometido. Poco a poco vamos teniendo unas vistas impresionantes de Los Galayos que tenemos al otra lado del río.
Aunque las nubes empiezan a enredarse en sus torreones y agujas, la visión todavía es más sobrecogedora, sobre todo cuando escuchamos las voces de los escaladores casi invisibles en sus paredes envueltos en jirones de niebla.
Llegamos al refugio Victory (1.950 m) dos horas y cuarto después de haber empezado y hacemos un merecido descanso.
Picamos algo mientras las cabras monteses se nos acercan para que les echemos de comer. Hay que estar atentos porque el menor descuido te dan una topada en las manos.
Estuvimos un ratillo viendo (o entreviendo) las evoluciones de los escaladores que, como arañitas, subían lentamente aquellas impresionantes paredes graníticas (en la foto hay dos muy pequeñitos).
Cada aguja o picacho tiene su nombre, pero yo sólo reconocía (por las fotos) al Torreón de los Galayos. Aquello parecía sacado de la película del Señor de los Anillos.
Ya hemos subido casi 800 metros y todavía nos quedan otros 400 hasta la cima de La Mira. El tramo que viene ahora es el peor, empezamos a subir, hacia la izquierda, para no meternos en una canal que lleva a la llamada "puerta falsa" y que no tiene salida.
Esta pedrera no tiene un camino definido, hay trazas de sendero marcado con hitos pero todo el terreno no es más que un canchal de rocas descompuesto de los llamados "rompepiernas".
La verdad que empecé a sentir calambres en el muslo y casi todos lo pasamos mal hasta que llegamos a la parte alta y atravesamos por una grieta a una zona más llana llamada Los Pelaos.
Ahora el terreno es mucho más llano y tenemos delante las ruinas del antiguo Refugio de La Mira. También dicen que hay una fuente cerca por si hiciera falta repostar.
Como no es necesario llegar allí, torcimos a la izquierda, en dirección sur-suroeste, subiendo la loma en busca del torreón de La Mira.
Las nubes van y vienen, pero es poco lo que podemos ver desde este priviligiado mirador, ¡es una lástima!
Como es lógico hemos llegado de manera escalonada porque el cansancio de la subida unido al madrugón y al viaje desde Sevilla se ha notado.
No obstante hemos tardado entre tres horas y media y tres horas y tres cuartos en llegar todos. No está nada mal para los 1.200 m de desnivel por terreno tan empinado. Subimos a la torrecilla donde está el vértice geodésico (2.343 m) y allí comemos. Hay más cabras al acecho de lo que caiga.
Se cree que el nomre de La Mira le viene porque aquí había instalado un telégrafo óptico. Hay otros montañeros que llegan por el otro lado, desde la Plataforma de Gredos.
Después de un rato y de las fotos acostumbradas empezamos a bajar porque arriba nos estamos quedando helados.
Bajando se abre un poco las nubes y se ve algo, pero al poco se vuelve a cubrir. No podemos irnos sin echar un último vistazo a Los Galayos, alguno, como Chema, que ya ha hecho sus pinitos en la escalada, mira con deseo estos torreones.
De todos modos, no ha estado mal el día. Volvemos a bajar por el zig-zag y atravesamos el cauce del río Pelayo para retomar el camino empedrado.
El sol de la tarde ilumina a unas formaciones rocosas que me recuerdan a La Pedriza de Manzanares.
El camino de vuelta se hace largo porque vamos bastante cansados, pero en siete horas y media hemos terminado la ruta. Todo el personal ha quedado contento (a pesar de la dureza de algunos tramos del recorrido) con estos paisajes tan soberbios, y más de uno ha quedado enganchado con Gredos.
Nos alojamos en el camping Los Galayos, que está bajando a Guisando, muy cerca de la carretera. Justo en su entrada han puesto una pequeña presa en el río Pelayo formando una bella piscina natural de aguas esmeraldas. Parecen invitar al baño, pero tienen que estar muy frías. Para el domingo tenemos preparada una ruta de senderismo de media jornada por Arenas de San Pedro, pero esa ya es otra
